A finales de la década de 1970, algunos visones americanos comenzaron a escaparse de las dos únicas granjas peleteras que existían en Cataluña, en el Baix Empordà y en el macizo del Montseny. Siguiendo el curso de ríos y arroyos, la especie ha colonizado gran parte del país, desplazando a especies autóctonas como el turón. Pero todavía estamos a tiempo de frenar su expansión, y en ello estamos trabajando en Lleida.

Originario de Norteamérica, el visón americano es una especie oportunista que se ha adaptado a la perfección a nuestros ecosistemas acuáticos, donde caza de todo: pequeños mamíferos como la rata de agua, aves acuáticas y sus huevos, anfibios, reptiles, cangrejos de río, truchas… Una especie exótica invasora frente a la que no pueden competir las especies autóctonas, que ya estaban en la cuerda floja por amenazas como la contaminación o la destrucción de los hábitats. Por si su impacto ambiental fuera poco, se ha demostrado que los visones cautivos pueden ser hospedadores del SARS-CoV-2, y los brotes de coronavirus en granjas peleteras han obligado a sacrificar miles de ellos.

En la península ibérica hay cuatro grandes subpoblaciones, procedentes de los escapes de granjas peleteras y de liberaciones malintencionadas: una gallega-portuguesa, una valenciana-aragonesa, la del centro de España y la catalana, que podrían llegar a unirse si no se detiene su avance.

En 2019, la Generalitat de Cataluña aprobó la Estrategia de gestión y control del visón americano, que busca reducir el daño que provoca la especie en espacios naturales tan sensibles como los Aigüamolls de l’Empordá, así como limitar su expansión hacia nuevas zonas.

El control del visón americano también es clave para salvar especies en peligro como el turón europeo (Mustela putorius), uno de los carnívoros más desconocidos y amenazados de Cataluña, al que estamos recuperando gracias al proyecto TuroCat, junto al Departament de Territori i Sostenibilitat y el Zoo de Barcelona.

En el marco del proyecto, desde Trenca estamos participando en los esfuerzos de control de la especie en zonas húmedas de la Plana de Lleida, con soporte del Departamento de Territori i Sostenibilitat. Las capturas se realizan con cajas trampa en plataformas flotantes, una técnica que se ha demostrado muy eficaz y selectiva en otras zonas.

Es un trabajo duro y costoso, pero concentrar los esfuerzos en Lleida es imprescindible para evitar que el visón americano siga expandiéndose por la cuenca del Segre, por el Ebro y también hacia las cabeceras de los ríos del Pirineo, donde viven especies tan sensibles como el desmán ibérico.

Aunque las granjas peleteras en Cataluña ya cerraron, para el control de la especie en la península es esencial acabar definitivamente con las granjas que quedan en funcionamiento en otras regiones. Por eso desde Trenca nos sumamos a la campaña de WWF #CierreGranjasDeVisón para reclamar el fin de este cruel negocio, una “bomba biológica” que amenaza la naturaleza y nuestra salud.