Además de los proyectos de conservación y desarrollo sostenible, desde Trenca llevamos a cabo otras actuaciones ambientales.

CRF Vallcalent

Trenca nació en 1998 como una asociación de amigos del Centro de Recuperación de Fauna de Vallcalent (perteneciente al Departament de Medi Natural de la Generalitat de Catalunya). Desde entonces la colaboración de Trenca con el centro de fauna ha sido constante, estrecha y muy diversa, fundamentalmente en forma de voluntariado en las labores que se desarrollan en el centro.

El Centro de Recuperación de Fauna de Vallcalent funciona como un pequeño hospital para la fauna salvaje. Muchas personas que encuentran animales heridos o enfermos en el campo los recogen y los llevan al Centro de Fauna de Vallcalent.

Diferentes autoridades, como por ejemplo los agents rurals (agentes rurales), llevan especies protegidas, que a veces provienen de intervenciones y decomisos.

Después de haber pasado por la enfermería y por las instalaciones de recuperación, las aves que se consiguen salvar y rehabilitar pasan finalmente a realizar ejercicios de vuelo, para volver a ganar resistencia antes de regresar de nuevo a la naturaleza.

El Centro de Fauna de Vallcalent no solo funciona como un pequeño hospital para la fauna salvaje. Aquí también se llevan a cabo proyectos de cría en cautividad con especies de la fauna autóctona protegidas por la ley. Los dos proyectos de cría más destacados son el del quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) y el del alcaudón chico (Lanius minor).

Paralelamente a las labores centradas en la fauna, en el Centro de Fauna de Vallcalent se aprovecha todo este trabajo y organización para fomentar la sensibilización social para con la pérdida de la biodiversidad y la necesidad de preservarla. Por un lado se hace indirectamente, con la atención que se ofrece al público que trae animales salvajes heridos o enfermos al centro, y también directamente, a través de actividades de educación ambiental, incluso con programas educativos específicos. De todos ellos, el más importante fue Fauna y Hábitat (1999-2005), desarrollado conjuntamente con Trenca.

Fotografías: © Jordi Clariana y Trenca

Lechuza

Las poblaciones de lechuza están sufriendo una fuerte regresión en todo el mundo. La intensificación de la agricultura ha comportado el uso abusivo de pesticidas para acabar con las plagas de insectos y roedores, provocando el envenenamiento de las posibles presas de la lechuza, además de causar la muerte directa de esta y de otras rapaces nocturnas por intoxicación.

Otro problema es la elevada mortalidad de las lechuzas en las carreteras, como consecuencia de la construcción de vías cada vez más rápidas y del exceso de velocidad de los vehículos.

El Centro de Fauna de Vallcalent (perteneciente al Departament de Medi Natural de la Generalitat de Catalunya) y Trenca colaboramos en lo respecta a la cría en cautividad de la lechuza (Tyto alba). El objetivo primero es soltar a los pollos nacidos mediante la técnica denominada cría campestre (o hacking).

Con esta actuación, por un lado, se ayuda a recuperar las poblaciones de esta rapaz nocturna allí donde habitaba y desapareció. Por otro lado, contando con la colaboración de otras entidades y personas que se ofrecen para hacer las crías campestres, también se ha puesto en marcha una línea de sensibilización de la población para con la conservación de la lechuza, ave muy beneficiosa para la agricultura.

Fotografías: © Albert Porté, Albert Gispert y Trenca

Halcón peregrino

Con la finalidad de ayudar a controlar a las palomas urbanas y sensibilizar a la población de Lleida sobre la conservación de la fauna, se han soltado pollos de halcón peregrino en la Seu Vella de Lleida.

Los pollos de halcón soltados han nacido siempre en cautividad en el Centro de Fauna de Vallcalent. Para la reintroducción se ha utilizado la técnica de cría campestre (o hacking).

Usando la técnica de cría campestre, se han dejado los pollos de halcón peregrino con 30 días de edad (cuando ya pueden comer por ellos mismos, desgarrando la comida con las uñas y el pico) en un nido artificial situado en la Torre de los Exorcismos de la Seu.

La caja nido permanecía cerrada aproximadamente unos 10 días, pero los pollos de halcón podían ver el exterior a través de una reja. Durante este periodo los pollos de halcón eran alimentados artificialmente, aportándoles comida cada día. Cuando ya estaban completamente emplumados, se abría la reja para que pudieran salir al exterior y empezar la adaptación al hábitat urbano.

Durante el periodo de tiempo en que se llevaron a cabo las tareas de reintroducción en la Seu Vella de Lleida, estuvieron presentes unos carteles divulgativos de 2,5 m de altura, que agradaban mucho a los visitantes. Los turistas también podían visualizar, allí mismo, en directo, lo que estaba ocurriendo con los pollos de halcón peregrino en las instalaciones de cría campestre en la Torre de los Exorcismos.

Aunque no se ha conseguido que los halcones lleguen a criar en las torres de la Seu Vella, algún ejemplar pasa el invierno en este lugar.

Fotografías: © Jordi Clariana y Trenca