El buitre negro (Aegypius monachus) es una de las cuatro especies de rapaces necrófagas que habitan en Europa, junto con el buitre leonado, el quebrantahuesos y el alimoche. A diferencia de su pariente más próximo, el leonado, el buitre negro nidifica en la copa de grandes árboles, en masas forestales bien conservadas, formando colonias dispersas. La destrucción del hábitat a principios del siglo pasado y las campañas de persecución directa fueron las causas que eliminaron esta rapaz de gran parte de Europa, incluido el noreste ibérico. En la actualidad, el buitre negro continúa catalogado como vulnerable aunque la población ibérica aumenta lentamente.

Paisaje de la Reserva Nacional de Caza de Boumort, uno de los puntos de reintroducción.
© Equipo de trabajo Boumort-Alinyà

Desaparecido del Pirineo desde principios del siglo XX, en 2007 se puso en marcha un proyecto de reintroducción en el prepirineo de Lleida para crear una colonia en la cordillera que sirviera de puente entre las colonias francesas y la notable población del centro y suroeste ibérico. La zona es estratégica, pues queda a medio camino entre ambas poblaciones. La meta: restaurar una gran población europea de esta ave majestuosa, la más grande que surca nuestros cielos.

La zona de reintroducción, como reflejaron los estudios de viabilidad previos al inicio del proyecto, dispone de hábitat idóneo (masas forestales densas en laderas con buena pendiente) y alimento suficiente (notable cabaña ganadera, ungulados salvajes y comederos para aves necrófagas) para que el buitre negro vuelva a poblar estas sierras prepirenaicas.

Una historia de éxito

Tras el comienzo de las sueltas de ejemplares en el Prepirineo de Lleida, en 2010 se produjo el primer nacimiento en libertad de buitre negro en la cordillera en más de un siglo. Desde entonces, la colonia localizada en la Reserva Nacional de Caza de Bourmort no ha dejado de crecer, y casi 60 pollos han roto el cascarón en esta primera década, con 18 parejas formadas en la temporada de cría de 2020.

Desde 2016, la colonia se ha reforzado con la llegada de manera natural de individuos exógenos, procedentes tanto de otros puntos de la península ibérica como de Francia. Varios de esos visitantes se han quedado y han criado con buitres negros de Boumort, reforzando esa conexión entre las colonias ibéricas y francesas.

Tres buitres negros (Portell, Nouanda y Perla), en el Prepirineo de Lleida. Portell y Perla son buitres que se soltaron como parte del proyecto de reintroducción; Nouanda nació en Francia y en su dispersión llegó hasta la zona.
© Equipo de trabajo Boumort-Alinyà

Actuando para la conservación

Desde el comienzo del proyecto se han liberado 76 buitres, procedentes del centro de recuperación de fauna de Los Hornos (Cáceres), de la Junta de Extremadura, y del de Grefa, en la Comunidad de Madrid. Pero acompañando a esas sueltas, era vital desarrollar otras actuaciones para lograr el éxito del proyecto.

Entre las más importantes, destaca la ampliación de la red de comederos para rapaces necrófagas alrededor de la colonia: Trenca ha puesto en marcha y gestiona 4 puntos de alimentación suplementaria (PAS) para reforzar los vínculos entre los buitres negros reintroducidos y la zona de suelta, y para ofrecer una fuente de alimentación segura y estable a los ejemplares. También gestionamos un Punto de Alimentación Específica (PAE) en el corazón de la colonia, en Bourmort. Este PAE es muy utilizado por los buitres, especialmente durante la época de cría, cuando su necesidad de alimento es más alta.

Buitre negro en el PAS de Senterada  © Marc Gálvez / Trenca

Desde Trenca también trabajamos en el seguimiento de la colonia, un trabajo que se realiza en coordinación con otras entidades como Naturaleza Rural, Grefa, y la guardería de la Reserva Nacional de Caza de Boumort. También se cuenta con el apoyo del cuerpo de Agents Rurals en el seguimiento de nidos con dron, o en la recogida de animales heridos o fallecidos.

Los buitres negros liberados se marcan usando diferentes técnicas: decoloración de plumas (a), anillas, transmisores terrestres (b; técnico realizando seguimiento) y transmisores satelitales (vía GPS). De este modo se puede identificar rápidamente a los buitres negros que se observan en la zona, o conocer el paradero exacto de los que han sido liberados con el proyecto de reintroducción. © Equipo de trabajo Boumort-Alinyà

Otras actuaciones

A lo largo del proyecto, se han construido 47 plataformas artificiales semejantes a los nidos de buitre negro, que estimulan a las aves a anidar allí, y se han reforzado las poblaciones de conejo mediante la construcción de vivares y la traslocación de conejos de otras zonas. También se han impartido más de 70 charlas, conferencias y talleres en escuelas (más de 1000 niños), universidades, congresos científicos, etc.

Concienciar e involucrar a la población local en la conservación de la especie es una de las claves para su recuperación en el Pirineo. Por eso se han concentrado los esfuerzos de sensibilización en las comarcas del área de influencia del proyecto, con acciones como la publicación y distribución de un cuento sobre el buitre negro entre los alumnos y alumnas de ciclo superior de primaria de las localidades y comarcas del Alt Urgell, Pallars Jussà, Pallars Sobirà y La Noguera.

La edición del cuento, realizada en 2016, contó con el apoyo de la Fundación Biodiversidad (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente) y Naturaleza Rural.

Una de las más de 20 escuelas visitadas en 2016. © Trenca

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